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Martes 18 Junio 2013

SM el Rey Mohammed VI dirige un mensaje a la conferencia diplomática para facilitar el acceso de las personas con deficiencias visuales a las obras publicadas

SM el Rey Mohammed VI dirige un mensaje a la conferencia diplomática para facilitar el acceso de las personas con deficiencias v

SM el Rey Mohammed VI ha dirigido un mensaje a los participantes en los trabajos de la conferencia diplomática para la conclusión de un Tratado que facilite el acceso de las personas con deficiencias visuales y dificultades de lectura a los textos impresos y a las obras publicadas, que comenzaron hoy martes por la mañana en el Palacio de Congresos en Marraquech.
SM el Rey Mohammed VI dirige un mensaje a la conferencia diplomática para facilitar el acceso de las personas con deficiencias visuales a las obras publicadas

He aquí el texto íntegro de este mensaje cuya lectura ha sido dada por el ministro de Comunicación, Portavoz del gobierno, Mustapha El Khalfi.

“Loor a Dios,la oración y el saludo sean sobre nuestro señor Enviado de Dios, su familia y compañeros.

Excelencias,
Señoras y Señores,

Es un real motivo de satisfacción que Marruecos acoja este Congreso diplomático de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. Con esta ocasión, queremos dar la bienvenida a todos nuestros honorables huéspedes; los Estados miembros y los responsables de esta distinguida organización, así como los representantes de las organizaciones regionales e internacionales y todos los actores de la sociedad civil y del sector privado.

No sólo nos congratulamos porque hayan ustedes escogido celebrar este Congreso diplomático de la OMPI por primera vez en un país del Sur, árabe y africano, y concretamente en la ciudad de Marraquech, que arrastra tras de sí toda una tradición de acoger numerosos e importantes congresos internacionales; sino también porque este Congreso reviste una enorme importancia al tener un doble objetivo consistente en la adopción de un Tratado internacional relativo a las excepciones que quieren facilitar el acceso de las personas con deficiencias visuales y dificultades de lectura, a los textos impresos y a las publicaciones sometidas a los derechos de autor.

Con esta ocasión, queremos resaltar los enormes esfuerzos desplegados por el Sr. D. Francis Gurry, Director General de la OMPI, y las valiosas iniciativas que toma en pro de la consolidación de la acción internacional en el dominio de la propiedad intelectual, consagrando de este modo el equilibrio y la eficiencia en su ámbito de competencia. En el mismo sentido, queremos expresar nuestros profundos agradecimientos a todos cuantos colaboran o han colaborado en aportar la equidad a una amplia población humana que sufre discapacidad visual en el mundo; agradecimientos que queremos se hagan extensivos a todos los gobiernos y actores de los países del Norte y del Sur que hoy se reúnen en Marraquech, todos ellos animados por la realización de este noble objetivo.

Excelencias,
Señoras y Señores,

Como bien saben ustedes, cerca de 300 millones de personas a través del mundo sufren deficiencia visual, y las estadísticas de la OMS confirman que 45 millones son invidentes, cifras que son llamadas a duplicarse con la llegada del año 2020.

De ahí la importancia de vuestro Congreso y el momento oportuno para adoptar el Tratado de Marraquech. Así pues, nuestra ambición es que el mismo dé lugar a un documento internacional histórico para la OMPI que estipule unas excepciones y limitaciones a los derechos de autor, que no deben tomarse como criterio de referencia, en el marco de la excepcionalidad propio a la doctrina de los derechos de autor.

Por ello, os invitamos a comprender la envergadura de las legítimas esperanzas y expectativas que se tienen con respecto a este Congreso, desde el punto de vista de los derechos humanos. Efectivamente las personas con deficiencia visual y los invidentes, son víctimas de una discapacidad que les impide el aprovechamiento íntegro de sus derechos de acceso a las distintas obras protegidas, en distintas especialidades, y permanecerán excluidos del derecho a la igualdad en este dominio; sabiendo que la preservación de su dignidad humana pasa inexorablemente a través de la superación de esta discapacidad, así como de su ayuda al desarrollo personal.

Estamos persuadidos de que la adopción del esperado Tratado internacional constituirá un signo más que resplandeciente en la historia de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, no sólo porque va a representar una nueva legislación civilizada, sino también en consideración de la noble profundidad humana, que traduce claramente nuestro empeño colectivo de dignificar más los genuinos valores de solidaridad, ayuda mutua y cohesión humana.

En este sentido, queremos resaltar la dimensión moral y de derechos humanos en la que se enmarca esta histórica iniciativa, del mismo modo que tenemos presentes los elevados valores que fundan el espíritu y la esencia de este acuerdo, y que se dirigen sobre la protección del principio de no discriminación, la realización de la igualdad de oportunidades e inclusión, así como la garantía de la participación total y efectiva de las personas con discapacidad, no sólo en la vida social, sino también en tanto que elementos activos que se adhieren a los esfuerzos del desarrollo económico de sus países.

Efectivamente, las estadísticas e informes de las organizaciones internacionales confirman que la deficiencia visual se halla en gran medida vinculada a la precariedad de las condiciones sociales y económicas, y que el 90% de los invidentes en el mundo se encuentran en los países en desarrollo, y la mayor parte de los mismos en el continente africano.

Por ello, todos los medios deben ser utilizados para que las personas con deficiencia visual y los invidentes consigan superar todos los obstáculos ante su integración en las obras del desarrollo sostenible, gozando de los mismos derechos, como el resto de las personas, en lo que se refiere al acceso y utilización de la ciencia, el saber y la información.

Este Tratado de las excepciones no constituye únicamente una expresión de solidaridad internacional, sino también un instrumento innovador en el marco de la cooperación Norte-Sur y Sur-Sur. De igual modo, es susceptible de hacer de estas personas que sufren problemas visuales, ciudadanos iguales en derechos y actores que contribuyen de manera efectiva en la realización del desarrollo económico de sus respectivos países, superando su discapacidad y realizándose como personas.

Alcanzar un acuerdo en torno a este Tratado en Marraquech, al que bien aspiramos, permitirá recuperar los elementos ausentes en los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), con respecto a los discapacitados, así como incluir aquellos otros que fueron rescatados a través de la Declaración ministerial del año 2010. He aquí la verdadera importancia que reviste este Tratado, no únicamente en tanto que instrumento de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), sino también como pauta para incluir los derechos de los invidentes y débiles visuales en la agenda post-2015 de los (ODM).

Excelencias,
Señoras y Señores,

Al acoger esta conferencia, Marruecos quiere reafirmar su efectiva adhesión a todas los esfuerzos e iniciativas que buscan alcanzar los nobles objetivos de este proyecto de Tratado, a la vez que se suma plenamente a los esfuerzos desplegados por la OMPI en el marco de la armonización de las legislaciones nacionales, a fin de adoptar un Tratado que prevé las limitaciones y excepciones relativas al uso de las obras protegidas por el derecho de autor, a favor de los invidentes y personas que sufren deficiencia visual.

En este sentido, nuestro país ha otorgado desde siempre una importancia capital a la causa de las personas discapacitadas, especialmente a los invidentes y débiles visuales, abriendo una gran obra de reforma, a escala nacional, con el fin de integrar plenamente a estas personas en la sociedad.

De este modo, nuestro país ha sido uno de los primeros en adoptar una serie de medidas a favor de esta categoría, suscribiendo ya en 1980, la ley relativa a la protección social de invidentes y débiles visuales, que prevé, entre otros aspectos, la creación de programas especiales de formación y educación en beneficio de estas personas, marcándose como meta su integración y reinserción social, profesional y cultural.

Con esta ocasión, queremos saludar encarecidamente el compromiso y el dinamismo de la acción del tejido asociativo marroquí, que obra por disponer las condiciones de integración, encuadramiento educativo y promoción de los asuntos de esta categoría, poniendo especialmente de relieve la seria y noble labor llevada a cabo por la Organización Alauí para la Protección de los Invidentes.

A escala internacional, Marruecos ha sido uno de los primeros países en adherirse, en 2007 y sin reserva alguna, a la Convención y a su Protocolo facultativo, sobre los derechos de las personas con discapacidad.

Fiel a los compromisos internacionales contraídos en este sentido y en el marco de la Solicitud que permanentemente reservamos a esta categoría de ciudadanos marroquíes, nuestro país ha establecido una estrategia nacional que pretende consolidar el marco legislativo y reglamentario en la materia. En este sentido, se inscribe el proyecto de ley relativo a la consolidación de los derechos de las personas con discapacidad que próximamente será presentado al Parlamento. Tal ley será reforzada con la promulgación de otra que pretende estimular la participación social de las personas discapacitadas.

Marruecos quiere expresar, igualmente, su satisfacción por ser uno de los pocos países que han consagrado constitucionalmente los derechos de las personas con discapacidad. En efecto, la nueva Constitución del Reino estipula el derecho de las personas con necesidades especiales a gozar plenamente de sus derechos fundamentales.

Paralelamente, la Constitución exige que los poderes públicos obren por “rehabilitar a las personas con discapacidad física, sensorial motora o mental, integrándolas en la vida social y civil, y facilitando su acceso a los derechos y libertades reconocidos a todos”.

Excelencias,
Señoras y Señores,

La comunidad internacional, y más particularmente los países miembros de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual,   tienen la obligación moral de eliminar todos los escollos que se interponen al acceso de los invidentes  y débiles visuales a la cultura, a las ciencias y a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

En tal sentido, este Congreso diplomático vuestro podrá aportar una dimensión humana a la época de globalización en que vivimos, a través de la adopción del Tratado internacional que os congrega en Marraquech, y que ofrecerá a estas personas la posibilidad de explorar, acceder, apreciar e impregnarse de las obras universales escritas.

De igual modo, será una oportunidad para que estas personas puedan participar también en el enriquecimiento del legado universal de la sabiduría y del conocimiento, a través de la concesión de las excepciones que serán consagradas en este Tratado.

Al dar nuevamente la bienvenida a todos los participantes en este importante congreso en Marruecos, su segunda patria, les deseamos una agradable estancia en Marraquech, símbolo de la apertura y del diálogo entre civilizaciones. Imploramos al Todopoderoso culmine con éxito vuestras negociaciones.

El saludo, la bendición de Dios el Altísimo y sus gracias, sean con vosotros”.