Actividades Reales
Viernes 30 Agosto 2013

El soberano dirige un mensaje a la I conferencia de los embajadores de SM el Rey

El soberano dirige un mensaje a la I conferencia de los embajadores de SM el Rey

SM el Rey Mohammed VI ha dirigido un mensaje a la I conferencia de los embajadores de SM el Rey, organizada por el ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación del 30 de agosto al 1º de septiembre en Rabat.

He aquí el texto íntegro de este mensaje, cuya lectura ha sido dada por el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Saad Dine El Othmani. 

"Loor a Dios único, la oración y el saludo sean sobre nuestro señor Enviado de Dios, su familia y compañeros.

Excelencias, 

Leales Embajadores de Nuestra Majestad,

Señoras y Señores, 

Nos complace dirigirnos a vosotros con ocasión de la inauguración de esta importante conferencia de los embajadores de Nuestra Majestad, en consideración de que constituye un marco pertinente para desarrollar una profunda reflexión en torno a la diplomacia marroquí, a través de los logros y realizaciones que ha alcanzado, sus capacidades y posibilidades, y los retos que ha de afrontar.

De igual modo, representa una oportunidad propicia para las consultas y la coordinación entre vosotros, a fin de establecer las acciones y las iniciativas que han de gobernar, conforme a Nuestras Altas Orientaciones, el funcionamiento de la diplomacia marroquí en los próximos años, con miras a reforzar la prestación de la diplomacia nacional para que consolide el lugar que el Reino ocupa en tanto que miembro activo y responsable dentro la comunidad internacional. 

Señoras y Señores, 

Desde Nuestro acceso al Trono de Nuestros Augustos Antepasados, Hemos procedido a la elaboración de una visión diplomática integrada y coherente, que consagra la atávica identidad civilizadora de Marruecos, fructifica oportunamente su privilegiada posición geoestratégica y responde a sus valores constantes, amén de adaptarse de modo eficiente y profesional al complejo entorno internacional que le rodea, con las aceleradas mutaciones y los diversos eventos y acontecimientos que experimenta.

La geopolítica mundial vive actualmente las secuelas del orden internacional emanado de la segunda guerra mundial, a la vez que asiste a la eclosión de un nuevo orden internacional que sigue sin imponerse como tal.

En estos últimos años, han destacado cuestiones globales que conciernen, por igual, a todos los Estados y pueblos, y han surgido nuevas y emergentes potencias internacionales, al lado de otros nuevos actores como las ONG internacionales y las empresas multinacionales, que han hecho su irrupción en la escena, al tiempo que se han diversificado de modo inédito los centros mundiales de toma de decisiones y de influencia.  Paralelamente, se han multiplicado los retos debido a la sucesión de las crisis agudas y globales, que al producirse de manera recurrente y simultánea han influido en los ámbitos securitario y político, económico y financiero, medioambiental y de seguridad alimentaria, causando un profundo y negativo impacto sobre la situación mundial. 

En el marco de estas profundas y grandes mutaciones, y a pesar de las agudas crisis vividas regional e internacionalmente, el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, y en aplicación de Nuestras Elevadas Instrucciones, ha obrado por dar a conocer nuestro país y sus importantes realizaciones, en los espacios de pertenencia, vecindad y cooperación, ya sea a escala bilateral, regional o multilateral, poniendo de relieve las posibilidades objetivas y las oportunidades reales de cooperación con Marruecos;

Un Marruecos, gracias a Dios, seguro, estable y fuerte por sus desarrolladas instituciones;

Un Marruecos que se distingue por la coherencia y complementariedad entre sus realizaciones nacionales y las acciones llevadas a cabo internacionalmente;

Un Marruecos abierto sobre los demás y dispuesto a cooperar con todos los socios, sobre la base del respeto mutuo y del beneficio compartido;

Un Marruecos que tempranamente ha fijado sus opciones fundamentales, fundadas sobre la consolidación del Estado de derecho y su irreversible aferramiento a los principios de pluralismo político y de participación constructiva, en consonancia con sus arraigadas tradiciones y  valores;

Un Marruecos que exhorta a la paz y al respeto de la legalidad internacional, abierto sobre su época y comprometido para con los principios e ideales universales, además de mostrarse apegado a los valores del diálogo, la concertación y la persuasión. 

Un Marruecos claramente solidario con los pueblos hermanos y los países amigos, en el marco de una tangible cooperación Sur-Sur, y mediante la adopción de una diplomacia de desarrollo humano y de participación efectiva en las operaciones de paz auspiciadas por las Naciones Unidas. 

Señoras y Señores, 

La labor de la diplomacia nacional toma como fundamento el conjunto de estos elementos consagrados por la Constitución del Reino, además de las Altas Orientaciones que no Hemos dejado de ofrecer a los sucesivos gobiernos, con vistas a encuadrar su acción.

En primer lugar, se trata de la movilización permanente en defensa de la integridad territorial de Marruecos, tanto en el norte como en el sur, aprovechando óptimamente los positivos desarrollos que ha experimentado la cuestión del Sahara marroquí,  sobre todo ahora que nuestro país ha tomado las riendas de la iniciativa y ha mostrado mayor eficiencia en el tratamiento de esta decisiva causa, gracias a Nuestra valiente iniciativa de conceder la autonomía a nuestras provincias del Sur; iniciativa que se ha granjeado un constante y creciente apoyo internacional.

Así pues, debido a la justicia de su causa y a la pertinencia de su posición, Marruecos ha conseguido, estos últimos años, desvelar la falsedad de la tesis separatista, viendo cómo varios países iban sucesivamente retirando su reconocimiento a la presunta república.

Al destacar la importancia de seguir sobre la misma vía, queremos insistir en la necesidad de hacer frente, con total firmeza, a las desesperadas maniobras e intentos basados en la calumnia y la desorientación, que incesantemente emprenden los enemigos de nuestra unidad nacional e integridad territorial. En este sentido, los embajadores de Nuestra Majestad están particularmente llamados a librar esta batalla con particular vigilancia, en todo momento y lugar, desplegando una acción permanente, y a todos los niveles, ante los responsables en sus respectivos países de acreditación.

La diplomacia marroquí debe obrar con idéntico espíritu, a fin de poner de relieve los atributos fundamentales de nuestro país y emplearlos con habilidad, a través de un posicionamiento coherente y eficaz, que se adecue a los valores e intereses supremos de Marruecos, así como a las orientaciones esenciales de las relaciones internacionales.

En este sentido, invitamos nuestra diplomacia a reforzar su acción con vistas a promover la “Marca Marruecos”, que encuentra toda su fuerza y  riqueza en las profundas reformas que Hemos emprendido y en las grandes obras de desarrollo que conducimos, en los diferentes ámbitos, tanto en lo que se refiere al desarrollo humano como al ámbito turístico, el desarrollo sostenible y las energías renovables, teniendo siempre presente el capital histórico de Marruecos, en tanto que país de apertura y tolerancia, y espacio de convivencia e interacción entre las culturas y las civilizaciones.

De ahí que la promoción de la “Marca Marruecos” no constituye un mero eslogan, sino que viene a ser un objetivo estratégico cuya consecución supondrá la realización de todas las oportunidades de cooperación posibles en los diferentes dominios. 

Respondiendo a tal objetivo, Nuestro gobierno ha de otorgar prioridad a una diplomacia económica audaz, susceptible de movilizar las energías a fin de desarrollar los partenariados, atraer las inversiones, promover la atractividad del país, conquistar nuevas posiciones e intensificar los intercambios exteriores.  

 De igual modo, Nuestro gobierno está invitado a trabajar en coordinación y concertación con los diferentes actores económicos de los sectores público y privado, para dar a conocer las ventajas económicas que encierra nuestro país, especialmente en los prometedores sectores productivos, a  fin de contribuir al desarrollo de los mismos y a la instauración de una cooperación institucional entre los departamentos ministeriales que desarrollan una actividad internacional en el ámbito económico. 

En efecto, consideramos Nuestros embajadores como soldados que han de desplegar todos sus esfuerzos al servicio de los objetivos económicos de su país.

Por otra parte, conviene conceder a la diplomacia cultural todo el apoyo y estímulo que le corresponden, especialmente a través de la instalación de las Casas de Marruecos y de centros y servicios culturales en el extranjero, además de intensificar las actividades artísticas y la organización de exposiciones que buscan promover el ancestral patrimonio civilizador y cultural marroquí para reforzar el resplandor de Marruecos en el extranjero, poniendo de relieve su genuina identidad unida y rica por sus múltiples afluentes.

Conscientes de la limitación de los medios disponibles y con el fin de alcanzar los resultados anhelados en este ámbito, instamos a la adopción de los diferentes tipos de cooperación y partenariado con el conjunto de los actores concernidos.

Señoras y Señores,

En un momento en que el mundo conoce una proliferación de las agrupaciones y bloques políticos, económicos y culturales, la edificación del Gran Magreb experimenta, en cambio, una lamentable inercia a pesar de disponer de todas las condiciones necesarias para ello, oponiéndose de este modo a la dinámica de la época y a las legítimas ambiciones de los pueblos magrebíes hermanos. 

Convencidos del inexorable destino común de nuestros cinco Estados magrebíes, constantemente Hemos orientado nuestra diplomacia a redoblar los esfuerzos, a fin de hacer realidad el compromiso de Marruecos de edificar la Unión Magrebí, en la medida en que constituye una opción estratégica estipulada por la Constitución. Asimismo, continuaremos obrando, con sinceridad y buena voluntad, a fin de asistir a la emergencia de un nuevo orden magrebí, que se coloque por encima de todas las fuentes de discrepancia. 

En espera de poder salvar todos los escollos objetivos que obstaculizan esta anhelada integración regional,  llamamos nuestra diplomacia a afianzar las relaciones de nuestro país con los demás Estados magrebíes hermanos.

Fieles a nuestra pertenencia africana, y en consideración de los vínculos espirituales e intereses estratégicos de nuestro país, Hemos procurado reforzar nuestras relaciones con los países subsaharianos, colocándolas en el centro de la agenda de la diplomacia marroquí. Tal orientación ha quedado materializada a través de las visitas que Hemos efectuado a varios países africanos hermanos, desde el año 2000, con el objeto de consagrar los valores de solidaridad y fraternidad, y la necesidad de basarse en las importantes capacidades que encierra nuestro Continente. 

 En consideración del resplandor de Marruecos y del distinguido lugar que ocupa, invitamos a nuestra diplomacia a seguir constantemente sobre la misma senda, ya sea a través del desarrollo de nuestras relaciones bilaterales con los países subsaharianos; la contribución efectiva a las acciones de la Comunidad de Estados del Sahel-Sahara “CEN-SAD”, especialmente en el establecimiento de sus nuevas misiones; o mediante la consolidación de nuestras relaciones con las organizaciones subregionales africanas, sobre todo las de África del Oeste y de África Central. 

 De igual modo, exhortamos Nuestro gobierno a poner en marcha las actividades de la Conferencia de los Estados africanos ribereños del Océano Atlántico, en tanto que organización regional cuya sede nos Hemos empeñado que acoja nuestra capital, y permitirle desempeñar su plena labor, en la medida en que representa un instrumento al servicio de nuestras relaciones con nuestros hermanos africanos. En este sentido, nuestra diplomacia ha de sacar el máximo provecho de todos los instrumentos disponibles en este ámbito, especialmente la Agencia Marroquí de Cooperación Internacional, que está llamada a seguir obrando, de manera constante y plenamente eficaz, en el sentido de acompañar los esfuerzos consentidos a favor del afianzamiento de las relaciones con nuestros hermanos continentales.

A escala árabe, seguimos con gran preocupación y profunda inquietud la difícil situación que están viviendo, en diferentes grados y según características y desafíos diversos, algunos países árabes, al tiempo que conocen mutaciones políticas e institucionales. Sin embargo, guardamos la esperanza de que estos países puedan superar esta difícil etapa de su historia, por la vía del diálogo constructivo y la reconciliación nacional,  y en el seno de la integridad territorial y de las legítimas aspiraciones de los pueblos concernidos.

Marruecos continúa, igualmente, desempeñando su tradicional papel en el asentamiento de los fundamentos de un orden árabe solidario e integrador, comprometiéndose a seguir aportando su apoyo a las causas árabes e islámicas, principalmente la del pueblo palestino y su lucha nacional por el establecimiento del Estado palestino independiente, con capital en la ciudad santa de Al Qods.

De igual modo, otorgamos una importancia capital al desarrollo de privilegiadas relaciones con los Estados del Consejo de Cooperación del Golfo, manteniendo sólidos vínculos de fraternidad, mutua consideración y permanente entendimiento con los dirigentes de los Estados que lo conforman, a la vez que velamos juntos por la consolidación del modélico partenariado estratégico establecido en 2011. 

Asimismo, invitamos a redoblar los esfuerzos destinados a diversificar y reforzar nuestras relaciones con la Unión Europea y todos sus Estados miembros,  a través de la puesta en marcha tangible del Estatuto Avanzado otorgado a Marruecos, desde 2008, animados por el orgullo que sentimos por las relaciones de sólida amistad y fructífera cooperación que unen a nuestros países. 

En el mismo contexto, la diplomacia marroquí está ante la obligación de seguir obrando, a fin de consolidar las relaciones del Reino con los países hermanos y amigos en los demás continentes y espacios geográficos, en el marco de una política voluntarista que busca diversificar y ampliar nuestra cooperación internacional. 

Se trata de aquellos países que gozan de fuerte potencial económico y de influyente presencia política, y con los que Hemos procurado establecer partenariados estratégicos. En este contexto, el orgullo que nos inspiran los vínculos de histórica amistad y fructífera cooperación que unen a Marruecos con los Estados Unidos de América, sólo es comparable a nuestra determinación de afianzar aún más el partenariado estratégico entre nuestros dos países, al servicio de nuestros intereses compartidos y en defensa de las causas justas en todo el mundo.

Ello es aplicable también a algunos países en desarrollo, como son los de la región del Caribe y de Oceanía, con los que Hemos conseguido abrir nuevas perspectivas de cooperación. 

Señoras y Señores,

En su calidad de nación ancestral, Marruecos dispone de arraigadas tradiciones diplomáticas, que se remontan a décadas atrás y vienen regidas por criterios definidos y normas bien establecidas. Así pues, si la diplomacia marroquí ha conseguido importantes realizaciones, gracias a la competencia y abnegación de sus sucesivos cuadros, tanto hombres como mujeres, y a los constantes esfuerzos por ellos consentidos; se hace necesario, tal y como lo Hemos reafirmado en múltiples ocasiones, desarrollar una eficiente diplomacia parlamentaria, civil y local, debido esencialmente a la posición que ha sido constitucionalmente otorgada al parlamento, a la sociedad civil y a las colectividades territoriales. 

En efecto, en un mundo en el que los parlamentos, las formaciones políticas, las organizaciones no gubernamentales, los medios de comunicación, y los actores académicos y culturales constituyen centros de poder y de influencia de innegable peso, los esfuerzos oficiales se muestran insuficientes por sí solos. Por ello, invitamos Nuestros embajadores a duplicar los esfuerzos y a abrirse sobre estos nuevos actores de la escena internacional, animándoles a desarrollar los contactos con sus homólogos en Marruecos.  

En el mismo orden de cosas, y con objeto de dotar al Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de los análisis e instrumentos conceptuales necesarios para poder asimilar y anticiparse adecuadamente a las rápidas mutaciones que está viviendo el mundo, le invitamos a aprovechar las experiencias y competencias de que dispone el Real Instituto de Estudios Estratégicos, en beneficio de los intereses nacionales. 

Asimismo, llamamos a este Instituto a cooperar con el Ministerio y a consagrar sus esfuerzos al ámbito diplomático y a las diferentes cuestiones vinculadas a las relaciones exteriores marroquíes, en los distintos dominios político, socioeconómico, cultural y medioambiental.

Materializando Nuestra permanente solicitud hacia los miembros de la comunidad marroquí en el extranjero, se debe continuar con los loables esfuerzos consentidos anteriormente, con vistas a salvaguardar sus derechos, defender sus logros sociales y jurídicos, y mejorar los servicios que les son ofrecidos, colocándolos al nivel de aquellos que los países de residencia ponen a su disposición, tanto en términos de calidad como de transparencia. 

Sin embargo, la realización de tales objetivos y el óptimo desempeño de las misiones diplomáticas nacionales permanecen supeditados a la adecuada preparación del elemento humano y a la oportuna racionalización de los medios financieros, así como a una metodología y medidas de trabajo bien establecidos. 

En este sentido, queremos saludar los positivos resultados alcanzados, esta última década, en dominios como la revisión del Estatuto de funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, el establecimiento de un nuevo organigrama para el mismo, el empeño por proporcionar una formación continua a sus cuadros, y la creación, en 2011, de la Academia Marroquí de Estudios Diplomáticos. Añádase a todo ello, los esfuerzos que buscan consolidar el papel de la mujer diplomática, la ampliación de la red de delegaciones diplomáticas y centros consulares marroquíes en el extranjero, así como la amplia y eficiente generalización de las nuevas tecnologías de información y comunicación. 

De este modo, invitamos a proseguir estos laudables esfuerzos, motivando a nuestros diplomáticos para que tengan sólida confianza en sus derechos y amplia consciencia de sus obligaciones, sin dejar de buscar las vías y medios capaces de sacar el máximo provecho de estas realizaciones y consolidarlas con otros logros. 

Leales Embajadores,

La experiencia y el buen hacer acumulados por nuestra diplomacia, le abren constantemente las puertas hacia una mayor habilitación e innovación, permaneciendo siempre fiel a la arraigada autenticidad marroquí. El objetivo marcado no es otro sino hacer de la misma una diplomacia activa y anticipativa, que parte de objetivos bien establecidos, de una comprensión precisa de su entrono y de un enfoque innovador para su acción. 

Al desear pleno éxito a vuestra conferencia, colocada bajo Nuestro Alto Patrocinio en confirmación de la importancia que concedemos a la diplomacia y a los diplomáticos, os invitamos a conjugar los esfuerzos para elevar la diplomacia marroquí, a través vuestras ideas y esfuerzos individuales y colectivos, colocándola no sólo en los más altos pedestales de la profesionalidad, sino para que consiga descollar mundialmente, ataviándoos para ello de la sólida voluntad, del amor a la Patria y de la permanente y firme movilización. 

Estad, Dios os proteja, a la altura de la responsabilidad nacional y de las nobles misiones que os son confiadas, y obrad con la celeridad y eficiencia requeridas, permaneciendo próximos a los círculos de decisión y a las fuerzas vivas e influyentes en los países de acreditación, sin dejar de activar las redes de amistad y solidaridad que constantemente Hemos procurado entretejer a través de todo el mundo.

Dios guíe vuestros pasos hacia el éxito.

El saludo, la bendición de Dios el Altísimo y sus gracias, sean con vosotros. 

Mohammed VI

Rey de Marruecos"